José Sbatella, el ex presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF) que investigó el patrimonio del Clan Ale, no recuerda si dijo que estos integran un grupo mafioso, pero estima que sí. Inclusive, la comparó con la camorra italiana, aunque en su declaración habló de “la gomorra”, probablemente en referencia a la novela y a la serie de televisión referidas al crimen organizado en ese país europeo.
“Tiene que ver con la gomorra, con una historia muy parecida que ocurrió cerca de Nápoles, con una mafia que empezó a controlar un territorio a través de distintos delitos hasta volverse un poder paralelo. Esa es mi visión de Tucumán en 2013. Y si no la hubiéramos frenado, esa pequeña gomorra se iba a ser dueña hasta del poder político”, advirtió ayer, apuntando a los 16 acusados de lavado de activos.
La jornada en el Tribunal Oral Federal comenzó con una hora de quejas por parte de los defensores de los imputados, que despotricaban contra la decisión de que Sbatella declarase desde Buenos Aires a través de videoconferencia. Lo querían cara a cara. “No puede ser que todas las novedades las sepamos primero por la prensa”, se quejó Cergio Morfil, representante legal de Ángel “Mono” Ale. Sin embargo, el tribunal -compuesto por María Alicia Noli, Gabriel Eduardo Casas y Carlos Jiménez Montilla- descartó los planteos porque el testigo tiene más de 70 años y la Ley lo ampara a no viajar.
El ex funcionario sabía que los defensores habían repetido durante las audiencias que se trataba de una causa política. Por eso, se adelantó y afirmó que la UIF es un organismo autárquico e independiente. Durante el interrogatorio le preguntaron si recibió ordenes para este caso de la entonces presidenta Cristina Fernández, de alguien de su Gabinete, o bien del ex gobernador José Alperovich. Sbatella lo negó.
El factor Trimarco
Aún sin estar presente, no hay una audiencia en el juicio en el que no se nombre a la denunciante, Susana Trimarco. Hace algunas semanas María Jesús Rivero, una de las acusadas, bramó que todos están allí por la sed de venganza de la madre de Marita Verón. Como era de esperar, ayer se la mencionó varias veces. Y la primera vez fue cuando el ex jefe de la UIF contó el contexto en el que viajó a Tucumán en 2013.
“Había miedo porque este grupo tiene causas de más de 20 años. Teníamos que proteger a los más de 60 especialistas del organismo. Además, acababan de absolver a todos en el caso de Marita”, esgrimió. Cuando se le preguntó qué datos objetivos respaldaban su visión, admitió que se había guiado por las vicisitudes que vociferaba la denunciante. El murmullo de aprobación entre los acusados sonó como si festejaran un triunfo.
Los defensores siguieron jugando la carta de Trimarco para avanzar en su hipótesis de que se trata de una causa política -la relacionan constantemente con Fernández de Kirchner- y para desacreditar la hipótesis de la trata de personas. Siempre en un caso de lavado de activos tiene que haber un delito precedente que genere dividendos ilegales a los acusados. Entre otros crímenes, el juez Fernando Poviña les achacó el presunto secuestro y la prostitución de mujeres.
Sbatella insistió: “a la UIF le corresponde el estudio de los movimientos económicos, el resto es del fiscal y del juez”. Con sorna, Morfil dijo que en Tucumán eso se llama “pasale al otro”. El defensor Manuel Pedernera lo acompañó: “es especialista en tirar la pelota a la Justicia”.
Sbatella contraatacó: “además de la denuncia, este grupo tenía dos alertas por actividades sospechosas. Esto lo estudia un sistema y no existe discrecionalidad alguna. El software pone en rojo los casos a partir del análisis de ciertas variables”.
El declarante, además, insistió con hablar de Trimarco. “Vi a una persona desahuciada que venía a contar lo que sabía. Me afectó mucho lo de ella. La persecución que sufrió, no se la deseo a nadie. Por suerte, la Corte dio vuelta el fallo absolutorio. Se sentía la presión que se ejercía sobre ella y su nieta, corrían riesgos sus vidas”, advirtió.
Los defensores reaccionaron y le preguntaron a Sbatella si sabía que los Ale fueron absueltos en varias causas. “A la luz de la experiencia, no tengo la convicción de que no hubieran existido los delitos”, respondió el ex funcionario, para enojo de los abogados que, a viva voz, gritaban que se estaba ofendiendo a la Justicia tucumana.
Animales sueltos
Pidieron que se incorpore como prueba una entrevista al actual jefe de la UIF
“No vino porque es un incapaz y un mentiroso. Este es el delincuente que decía que yo lavaba dinero sin tener un perito que lo verificara”, se quejó “El Mono” Ale, en alusión a José Sbatella. Luego recordó que el actual titular de la UIF, Mariano Federici, dijo la semana pasada en una entrevista en el programa “Animales Sueltos” que el organismo funcionaba, durante la gestión anterior, como un ente afín al gobierno “K”. Los defensores pidieron que se tome como prueba la grabación.
Quejas
Suárez le dijo al tribunal que no recibe la atención médica que le corresponde
El imputado Víctor Suárez denunció de que no están cuidando de su salud en la cárcel. “Tengo un derrame en el ojo y migrañas por dos tumores, pero nadie me lleva a ver a un médico”, denunció. Se trata del acusado que hace algunas semanas prestó declaración ante las partes y ratificó la denuncia que realizó contra Susana Trimarco, a quien acusa de haber recibido dinero por parte del Gobierno kirchnerista para llevar adelante la denuncia contra el clan Ale.